Las huellas que deja la lectura en los libros pueden ser infinitas: subrayados, palabras resaltadas, anotaciones al margen, papeles pegados, pliegues en las hojas. Existen también marcas que señalan a quién va dedicado el ejemplar y otras que indican propiedad: nombres escritos a lápiz o impresos en sellos y ex libris, grabados de diversos formatos y técnicas realizados, en su mayoría, por artistas. Sobre esos rastros dan cuenta tres trabajos artísticos que coinciden por estos días en Buenos Aires: el ciclo de entrevistas públicas Libro Marcado, la muestra de la colección de ex libris de la Biblioteca Nacional y la performance Dedicatorias.
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